Una revolución es un proceso de cambios profundos, caracterizado por las contradicciones entre los bloques históricos que se enfrentan.
Es por ello, que las revoluciones siempre estarán amenazadas por las fuerzas contrarrevolucionarias y los intereses hegemónicos del imperialismo.
Una de las principales amenazas de las revoluciones es la atomización, fragmentación y ruptura de las fuerzas que integran el bloque histórico revolucionario. Muchas veces estos procesos son silentes, auspiciados por factores internos y externos, con el objetivo de ir socavando las bases del proyecto histórico.
Otras veces, los enemigos de la revolución, se aprovechan de las coyunturas difíciles para atentar contra la existencia del proceso revolucionario. Usando a actores que con discursos puristas y altisonantes señalan a la vanguardia, para crear contradicciones.
Quienes consagramos nuestra vida a la revolución, debemos hacer nuestros mayores esfuerzos para tributar a la unidad de las fuerzas patriotas. Deponiendo toda actitud contraria a los intereses colectivos.
Nuestro Padre Libertador en su última proclama, fechada el 10 de diciembre de 1830, expresó su voluntad y compromiso con la unidad. En esa misma línea, el Comandante Hugo Chávez el 08 de diciembre de 2012, en su última alocución al pueblo de Venezuela, reivindicó la unidad, como elemento fundamental de nuestro proyecto, cuando afirmó: ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!
Hoy, junto al Presidente Nicolás Maduro, estamos enfrentando y venciendo las mayores amenazas y dificultades de nuestra historia Patria, los revolucionarios y revolucionarias, reafirmamos que la unidad es la base de nuestra victoria, y nos comprometemos a seguir trabajando sin descanso para profundizar y hacer irreversible la Revolución Bolivariana.
Heryck Rangel
Caracas, 27 de agosto de 2020.
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