El sistema capitalista ha convertido a la sociedad en simples actores del mercado, en su voracidad y arrogante pretensión antropocéntrica reduce a la naturaleza a una lista de recursos naturales, sin tomar en cuenta los equilibrios ecosistémicos.
Productores y consumidores, dinero y
mercancía, se mueven como un péndulo, de un lado a otro, sumergidos en la
lógica: producir, consumir y desechar, para asegurarle a unos pocos la
maximización de la ganancia y la acumulación de capital, a costa de hipotecar el
futuro y la vida de nuestra Madre Tierra, poniendo en peligro la existencia de
la especie humana.
Del Comandante Supremo Hugo Chávez
aprendimos que cuando el pueblo toma conciencia y se empodera, hasta las más
rígidas “reglas del mercado” se derriban. Finalmente el capitalismo sustenta su
dominio en la ignorancia y la fuerza. Hoy, miles de millones de habitantes son
sometidos por los medios de comunicación y la industria cultural, mientras que
otros son sometidos por la fuerza, mediante el despliegue del potencial bélico
que sustenta al sistema.
Es fundamental, tener mirada
estratégica, asumir la iniciativa política y desplegar los poderes creadores
del pueblo. En menos de dos décadas Venezuela ha alcanzado extraordinarios
logros en los campos político y social, demostrando que es posible construir
una sociedad más justa e incluyente. Actualmente estamos librando una ardua
batalla en lo económico. La crisis del modelo rentista petrolero, ha permitido
elevar la conciencia de nuestro pueblo acerca de la necesidad de construir un
modelo económico productivo ecosocialista, diversificado, que garantice nuestra
satisfacción de las necesidades, sin afectar a las generaciones futuras.
Debemos promover el reciclaje, como
alternativa económica desde la organización popular, constituyendo unidades
productivas a escala local que desarrollen actividades de recolección,
comercialización y transformación de materiales, que hoy terminan en vertederos
a cielo abierto.
Las escuelas y liceos deben
integrarse a esta acción, para desde la Educación Ambiental fomentar valores
ecosocialistas. No podemos pretender implantar o reproducir modelos foráneos,
el reciclaje a la venezolana debe partir de la separación en el origen, por lo
que proponemos que en cada hogar se dispongan de 3 bolsas: La primera bolsa, en
la cocina, para los desechos orgánicos, la segunda para los desechos
sanitarios, ambas deben ser sacadas a diario y recolectadas por el aseo urbano,
y la tercera bolsa para los materiales que se pueden reciclar: plástico, papel,
cartón, vidrio; que deberá ser recolectado semanalmente, acopiado y
comercializado por las Comunas.
Asumamos nuestra corresponsabilidad,
con el reciclaje y contribuir a salvar la Madre Tierra.
Heryck Rangel Hernández
Caracas, 15 de febrero de 2017.
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