No nos encontraron, ni mucho menos nos descubrieron, no nos buscaban, ni los esperábamos.
Aquel día, aparecieron 3 naves surcando nuestros mares, sí nuestros, como nuestra es la tierra en la que vivían los pueblos aborígenes, quienes resistieron en defensa de su gente, de su territorio e identidad.
Durante años la narrativa de los conquistadores, pretendió reducir, simplificar o invisibilizar sus atrocidades en esta región del mundo, al tiempo que intentaron suprimir la validez y la existencia de una historia, un territorio y una civilización previas a su llegada.
No pudieron ocultar, ni destruir las colosales edificaciones, las pirámides, los palacios, los templos, que son la evidencia de los diversos niveles de desarrollo de nuestros pueblos originarios, muchos de ellos más adelantados que Europa.
La visión eurocéntrica fue impuesta a sangre y fuego, mostrando una imagen desdibujada de hombres y mujeres desnudos postrados con ofrendas ante la figura de Cristobal Colón y su ejército invasor, integrado en gran medida por hombres indeseables que fueron lanzados a la aventura de buscar nuevas rutas para el comercio de la Corona, y si no lograban su fin; al menos morirían lejos.
Nuestros antepasados, no fueron serviles que se doblegaron ante la "civilización" como una y otra vez repitieron los justificadores de la conquista, aquel genocidio que cobró la vida de cerca de 60 millones de personas.
Nuestros pueblos originarios resistieron con valor y heroísmo, luchando contra los invasores, quienes llegaron con espadas, pólvora y enfermedades. Basta leer "Brevísima relación de la destrucción de las Indias" e "Historia de Las Indias", de Fray Bartolomé de Las Casas, que relatan las primeras décadas de la colonización de las Antillas españolas, y describen las atrocidades cometidas por los colonizadores contra los pueblos originarios, para tener una dimensión de lo ocurrido.
Ojalá que algún día España pida perdón por la barbarie, por el saqueo, por sus vejamenes. Mientras tanto, debemos seguir la lucha antiimperialista de nuestros ancestros y decir nuestra verdad al mundo. ¡Viva Abya Yala!
Heryck Rangel
12 de octubre de 2022.
Día de la Resistencia Indígena.
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