La basura es 
uno de los principales elementos de contaminación ambiental en las 
ciudades, su acumulación en lugares inadecuados trae como consecuencia: 
impacto en el paisaje, malos olores, proliferación de insectos y 
roedores, entre otros efectos nocivos para la salud y el ambiente. 
Los
 patrones de consumo impuestos en nuestra sociedad, donde la mayoría de 
los productos son desechables y de corta duración, han traído como 
consecuencia que (en  promedio) cada ciudadano genera 1 kilogramo de 
basura al día. 
Luego de que cada persona saca 
la bolsa de basura de su casa u oficina, se desentiende del proceso. La 
gente habla de la basura cuando sienten alguna molestia en lo referido 
al servicio de recolección o cuando ven focos en lugares inadecuados. Y 
lamentablemente muchos ciudadanos contribuyen a crear focos de 
contaminación debido a su falta de conciencia, disponiendo la basura en 
espacios que no tienen esa función. 
Ahora 
bien, debemos empezar a dejar de ver la basura como un problema y 
empezar a sensibilizar a nuestras comunidades sobre la importancia del 
reciclaje. Pero un reciclaje a la venezolana, ya que el modelo europeo 
de reciclaje, de los envases de colores, les ha funcionado bien a ellos,
 pero intentar hacer una copia calca, creo que ha sido el fracaso de 
muchos proyectos en nuestro país. 
Partiendo de
 la máxima Robinsoniana de aprender haciendo, creo que en la separación 
en el origen, está la clave para iniciar con fuerza la actividad del 
reciclaje. Cada uno de nosotros en casa debería tener dos bolsas: Una 
para los desechos orgánicos, restos de alimentos, y materiales que no 
puedan reciclarse, y otra bolsa para ir acopiando cartón, papel, vidrio,
 plástico, latas de aluminio. Incluso allí podría disponerse también el 
aceite de cocina usado, previamente guardado en un envase con tapa. 
La
 bolsa donde se han colocado los desechos orgánicos debe ser dispuesta 
para la recolección del servicio de aseo urbano, y la bolsa con 
materiales para reciclaje se acopia en una zona común, para que las 
disti
ntas empresas de reciclaje puedan tener fácil acceso a dichos materiales, y la comunidad que recicla reciba también un aporte a su labor.
ntas empresas de reciclaje puedan tener fácil acceso a dichos materiales, y la comunidad que recicla reciba también un aporte a su labor.
Debemos lograr una dinámica que siembre
 valores ecosocialistas en nuestra sociedad, que active la 
corresponsabilidad ciudadana en la disminución del volumen de basura que
 a diario se produce, que promueva la constitución de nuevas unidades 
productivas y que garantice una nueva cultura del reciclaje. 
Estoy
 seguro de que no será fácil, pero tampoco imposible. Por toda Venezuela
 proliferan iniciativas locales, que debemos ir sumándolas, 
conectándolas y difundiéndolas. Debemos avanzar con paso firme en esa 
dirección. 

Comentarios
Publicar un comentario