Por unos meses pudimos ver en vallas publicitarias y en mensajes en prensa, radio y televisión una campaña orientada a fomentar el ahorro energético; pero como quien apaga un bombillo, se apagó la campaña, sin que se lograran los objetivos. Los patrones “culturales” del consumismo aún no han cambiado, hace falta mucho más esfuerzo, y para ello se requieren dos grandes palancas: en materia educativa, desde las primeras letras deben formarse a los niños y niñas nuevos valores respecto al uso de la energía eléctrica, y los medios de comunicación social deben promover campañas que impulsen al ahorro energético.
Asimismo es necesario reforzar la fiscalización de los niveles de consumo de la población, y emprender una lucha sin cuartel contra las tomas ilegales de electricidad. Refería hace unos días, Ministro de Energía Eléctrica Alí Rodríguez Araque que en Venezuela el servicio eléctrico es uno de los más económicos del mundo, y contrastaba nuestra realidad con Brasil donde cada megavatio-hora cuesta 280 dólares, mientras que en el Zulia un megavatio-hora cuesta 10 dólares. El ahorro energético debe ser un compromiso de toda la sociedad, y las instituciones gubernamentales deben dar ejemplo y demostrar que sí es posible una nueva cultura.
Al infinito y más allá: Le he venido dando seguimiento al avión solar “Impulse HB-SIA”, propulsado por energía solar, el cual terminó con éxito su segundo viaje internacional, esta vez entre Bruselas y París; en algo más de 16 horas. En mayo pasado había concretado exitosamente su primer vuelo internacional, desde Payerne (Suiza) hasta Bruselas (Bélgica) sin utilizar ni una gota de combustible. Sin duda alguna, es el despegue de una nueva etapa en el uso de la energía solar.
Heryck Rannyer Rangel Hernández
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