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El país posible: Carta abierta a las oposiciones

Escribo estas líneas desde el respeto, desde la franqueza, desde la verdad histórica, desde el amor patrio, desde la política; ese espacio que los enemigos de la Patria han pretendido arrebatarnos.  Sí la Patria existe, y tiene enemigos internos y externos, cuestión que debemos reconocer y rechazar todos y todas más allá de nuestras diferencias; depredadores que ambicionan nuestras riquezas, y pretenden reinstaurar el antiguo orden oligárquico al servicio de los intereses imperiales, de aquellos que de forma sistemática negaban los derechos al pueblo.   La democracia que ustedes propugnan y hasta añoran, tiene una gran contradicción en sí misma, ya que al momento de elegir el pueblo se anula y el consenso de élites lo suplanta. Esta situación que recuerdan como una panacea, no fue nunca así, de hecho; por décadas fue acumulándose el descontento de quienes no tenían voz, provocando un malestar generalizado que se expresó en las rebeliones populares de finales de los 80’s. Los invito a c

De la viveza al canibalismo criollo

Una de las más acuciosas pretensiones de los enemigos de la Patria ha sido posicionar en el imaginario de nuestro pueblo los anti-valores del capitalismo, logrando naturalizar en la cultura popular venezolana la denominada “viveza criolla” esa infame justificación del abuso, la tolerancia de la deslealtad y la pretensión del beneficio propio a cualquier costo.  A lo largo de nuestra historia diversos pensadores han escrito sobre este pseudo-rasgo: “La aventura venezolana” (Mariano Picón Salas, 1963); “El mal de la viveza criolla” (Arturo Uslar Pietri, 1986); y “La viveza criolla: destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor” (José Ignacio Cabrujas, 1995) y mucho antes fue fabulada en “Tío Tigre y Tío Conejo” (Antonio Arraiz, 1945). Es común escuchar: “Todos los días sale un pendejo a la calle, el que lo agarre es de él” frase infame que desdice de lo que somos, pero que evidencia lo que han inoculado en lo profundo de la conciencia.  En las últimas décadas se han normalizado y justifi

Resistencia y Lucha

 No nos encontraron, ni mucho menos nos descubrieron, no nos buscaban, ni los esperábamos.  Aquel día, aparecieron 3 naves surcando nuestros mares, sí nuestros, como nuestra es la tierra en la que vivían los pueblos aborígenes, quienes resistieron en defensa de su gente, de su territorio  e identidad.  Durante años la narrativa de los conquistadores, pretendió reducir, simplificar o invisibilizar sus atrocidades en esta región del mundo, al tiempo que intentaron suprimir la validez y la existencia de una historia, un territorio y una civilización previas a su llegada.  No pudieron ocultar, ni destruir las colosales edificaciones, las pirámides, los palacios, los templos, que son la evidencia de los diversos niveles de desarrollo de nuestros pueblos originarios, muchos de ellos más adelantados que Europa.  La visión eurocéntrica fue impuesta a sangre y fuego, mostrando una imagen desdibujada de hombres y mujeres desnudos postrados con ofrendas ante la figura de Cristobal Colón y su ejér

¡Fuerza Pakistán!

El peor desastre humanitario de la década, se está viviendo actualmente en Pakistán, como consecuencia de la Emergencia Climática.   Los grandes medios de comunicación mundial apenas hacen mención a las inundaciones recientes que afectan a más de 33 millones de personas. Algunas áreas del país asiático han registrado cinco veces sus niveles históricos de lluvia monzónica.  Desde mediados de junio, cuando comenzó el monzón, más de 3.000 kilómetros de carreteras, 130 puentes y 495.000 viviendas han sufrido daños, según el más reciente informe de situación por parte de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres.  Hace un par de días, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, escribió en su cuenta de Twitter: "Dejemos de caminar sonámbulos hacia la destrucción de nuestro planeta por el cambio climático. Hoy es Pakistán. Mañana, podría ser tu país." Vale la pena preguntarse si esa reflexión ha tenido algún eco en los grandes centros de poder mundial.  Las lluvias torrenci

Baila como si nadie te estuviese viendo.

  Un titulo prosaico que no devele a priori nuestra intención de aproximarnos a uno de los temas más complejos del quehacer filosófico: la ética. Procurando ir más allá del reduccionismo social del “deber ser” y de las metologías que sugieren iniciar por la etimología de la palabra, procurando hacerlo inteligible.   La ética nos confronta, nos cuestiona en lo que somos, en lo que pretendemos ser o más bien en lo que queremos parecer dentro del cuerpo social. Y es que sin duda alguna, la sociedad es más que un agregado de individuos que originariamente buscaban autopreservarse y reproducirse, para vivir en sociedad dejamos de ser en lo indiviudual para ser en lo colectivo.   Tal como plantea el filósofo Inmanuel Kant:  “Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros” . Por lo que el jucio está imbricado al ser, a sus valores, sus motivaciones y aspiraciones. La ética es imprescindible, es la amalgama social que permite autoregular nuestras relaciones, sin la intermediación de ni

Metaverso.

Plantea  Sundar Pichai , Director Ejecutivo de Google, que “L a inteligencia artificial es un descubrimiento más importante, profundo y revolucionario que el fuego, la rueda, la electricidad o el Internet. Todavía está en desarrollo y cada vez asombra más ”, quien ha advertido  que en el próximo cuarto de siglo otro desarrollo revolucionará aún más nuestro mundo: la computación cuántica.   Vivimos una época de profundas transformaciones, el mundo que conocimos ya no es, y no me refiero a un mundo de hace décadas o siglos, me refiero al mundo en el que viviamos hace apenas un par de años. La pandemia de la COVID-19 significó un aceleramiento disrruptivo de la realidad.   El mundo virtual, la realidad alternativa, se abre paso, descubriendo inéditas posibilidades de evolución para la especie, creando nuevos paradigmas, y complejizando las relaciones entre los seres humanos y con la naturaleza. Vivimos el tiempo de la hiperinformación y al mismo tiempo las grandes mayorías se encuentran e