Durante las últimas semanas hemos sido testigos de una inusual escalada de ejecuciones extrajudiciales por parte del Gobierno Norteamericano. Desde Washington afirman que es parte de la lucha contra el narcotráfico, aunque el uso desproporcionado de la fuerza no ha permitido confirmar si el móvil de las embarcaciones atacadas era el traslado de sustancias psicotrópicas al territorio norteamericano.
Vivimos en la era de la postverdad, así que el imperialismo, en su decadencia, ha pretendido instalar a través de sus medios de comunicación y el algoritmo en redes sociales, una narrativa que plantea que la droga que ingresa a su país, lo hace a través de pequeñas embarcaciones que navegan por el Caribe, contradiciendo a los informes de la DEA y Naciones Unidas que afirman que los flujos de los carteles que operan en Estados Unidos, son a través del Océano Pacífico, por donde logran introducir grandes volúmenes en el mercado norteamericano.
Tras la supuesta lucha contra el narcotráfico se esconde la pretensión del ala más oscura de la Administración Trump de posicionarse militarmente en el Caribe, con el objetivo de propiciar un cambio de régimen en Venezuela, subyugar a nuestro pueblo y apoderarse de las riquezas de nuestra Patria. Pero desde lo más profundo del alma nacional, de la dignidad popular resuena un grito: ¡No han podido, ni podrán! ¡Quien se mete con Venezuela se seca!
La lucha contra el narcotráfico no justifica las ejecuciones extrajudiciales, ni la violación de Derechos Humanos, ni mucho menos el desproporcionado despliegue militar en el mar Caribe. Frente a esas acciones que evidencian la decadencia imperial, surgen las siguientes dudas: ¿no sería más efectivo capturar a los narcotraficantes e incautar la droga y desmembrar a las organizaciones criminales? ¿Cuáles son los flujos del dinero del narcotráfico? ¿Qué hace Estados Unidos para detener el lavado de dinero en su sistema financiero? ¿Quiénes son los capos de la droga en Estados Unidos?
Hoy Estados Unidos es una sociedad enferma, un imperio decadente, un peligro inminente para la paz mundial. Transitamos un momento crucial de la historia, la Tecnoligarquía le ha declarado la guerra a la democracia, a la verdad, a los Derechos Humanos, a la humanidad; y solo la conciencia, la dignidad y la movilización popular logrará derrotar este intento desesperado de regeneración imperial.
Heryck Rangel
13 de octubre de 2025.
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