El 23 de febrero,
nunca lo voy a olvidar,
el imperio y sus lacayos,
intentaron mancillar,
la soberanía de la Patria,
y también su dignidad.
Decían que traían ayuda,
que nos venían a salvar,
eran caballos de Troya,
llenos de odio y maldad,
su ambición por el poder,
no los dejaba pensar.
Aquella jornada heroica,
el pueblo salió a luchar,
defendiendo las fronteras,
de la agresión imperial,
alcanzamos la victoria,
al grito ¡No volverán!
Ellos venían con camiones,
un show pretendían montar,
y cuando vieron al pueblo,
tuvieron que claudicar,
porque era inexpugnable,
la valentía y la lealtad.
Así como un día Bolívar,
convocó al pueblo a luchar,
hoy millones de sus hijos,
salimos a reafirmar,
¡Venezuela se respeta!
juntos vamos a triunfar.
Heryck Rangel Hernández
nunca lo voy a olvidar,
el imperio y sus lacayos,
intentaron mancillar,
la soberanía de la Patria,
y también su dignidad.
Decían que traían ayuda,
que nos venían a salvar,
eran caballos de Troya,
llenos de odio y maldad,
su ambición por el poder,
no los dejaba pensar.
Aquella jornada heroica,
el pueblo salió a luchar,
defendiendo las fronteras,
de la agresión imperial,
alcanzamos la victoria,
al grito ¡No volverán!
Ellos venían con camiones,
un show pretendían montar,
y cuando vieron al pueblo,
tuvieron que claudicar,
porque era inexpugnable,
la valentía y la lealtad.
Así como un día Bolívar,
convocó al pueblo a luchar,
hoy millones de sus hijos,
salimos a reafirmar,
¡Venezuela se respeta!
juntos vamos a triunfar.
Heryck Rangel Hernández
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