Desde el inicio de la Revolución Bolivariana las
fuerzas contrarrevolucionarias han conspirado y operado para poner fin al
proyecto histórico liderado por el Comandante Supremo Hugo Chávez. Durante
estos 18 años no han cesado los ataques y arremetidas de aquellos que no le
perdonan a Chávez haber despertado la conciencia nacional y restituido el poder
al pueblo.
El 11 de abril de 2002, el paro petrolero, el
desconocimiento de los resultados del Referéndum Revocatorio, los asesinatos
selectivos, las guarimbas, la Orden Ejecutiva de Obama, el Bloque Financiero
Internacional, los intentos por vincular a los líderes de la Revolución con el
narcotráfico y el terrorismo, la Guerra Económica, son expresiones de los ataques internos y
externos contra el Proyecto Bolivariano.
Resumo en las cuatro “I” a los factores atentan contra
la vida de la Revolución:
Imperialismo:
Durante mucho tiempo la derecha se
burló de las denuncias hechas por el Comandante Chávez sobre la amenaza del
imperialismo contra los pueblos del mundo, pero ni siquiera con la Orden
Ejecutiva del ex presidente Barack Obama, que señala a Venezuela como una
amenaza inusual y extraordinaria contra Estados Unidos, ha sido la agresión
más evidente, y ni siquiera han tenido la dignidad de reconocer que el Imperialismo no sólo
es un enemigo de la Revolución, sino de la humanidad.
Indolencia: “Lo que no me afecta, no me importa”; pareciese ser
la máxima de muchos funcionarios e incluso dirigentes en todos los niveles de
la Revolución. Cuánta falta hace lanzarles un cable a tierra, que los reconecte
con el dolor del prójimo. Tengamos siempre presente el exhorto que nos hizo Hugo Chávez "Donde hay un problema, debe haber un chavista
acompañando al pueblo en sus luchas".
Ineficiencia:
El burocratismo heredado de la
Cuarta República, ha venido mimetizándose y reproduciéndose como un cáncer en
nuestras instituciones, siendo la ineficiencia una de las aristas de la
corrupción que pretende asfixiar la esperanza del pueblo.
Impunidad: Se ha instalado en la cultura política
venezolana la permisividad y el silencio cómplice, lesionando la moral del pueblo, que no se explica cómo algunas figuras siempre
ocupan espacios de dirección, aunque le han causado profundos daños a la
Revolución. Hoy nuestro pueblo sigue teniendo sed de justicia.
Debemos asumir la crítica y la autocrítica permanente, para ir avanzando y profundizando la Revolución. La defensa de la Patria debe
ser un compromiso irreductible de quienes luchamos y soñamos con un mundo
mejor. Una de las formas más concretas para hacerlo es combatiendo las 4-I.
Heryck Rangel Hernández
Caracas, 25 de enero de 2017.
Comentarios
Publicar un comentario