Te montas en la camionetica para ir al trabajo o a la universidad, para llevar a tus hijos a la escuela, o para ir de compras; el conductor va escuchando su música favorita a niveles estridentes, no se entiende quien canta, ni muchos menos el ritmo. Te asomas por la ventana, la cola anuncia que estarás más de dos horas encerrado allí. Al poco tiempo el concierto de cornetas de los conductores que empiezan a desesperarse. Al fondo empiezan a gritarse unos motorizados, te sientes preso en la selva de concreto, ahogado en la ciudad del ruido. Eres una víctima más de la contaminación acústica. Llegas a tú casa y tú hijo o el vecino coloca música a alto volumen, sin importarle que molesta a los abuelos, o que aturde al bebé de los vecinos de abajo.
El ruido además de afectar al oído puede provocar efectos psicológicos negativos y otros efectos fisiopatológicos. Por supuesto, el ruido y sus efectos negativos no auditivos sobre el comportamiento y la salud mental y física dependen de las características personales, al parecer el estrés generado por el ruido se modula en función de cada individuo y de cada situación. Dentro de los efectos sobre la salud, encontramos: Agitación respiratoria, aceleración del pulso y taquicardias, Aumento de la presión arterial y dolor de cabeza, insomnio y dificultad para conciliar el sueño, estrés depresión y ansiedad, Irritabilidad y agresividad, histeria y neurosis, Aislamiento social, entre otros. El ruido muy a menudo produce alteraciones en la conducta momentáneas, caracterizadas por la agresividad, o mostrar un mayor grado de desinterés o irritabilidad. Estas alteraciones, que generalmente son pasajeras se producen a consecuencia de un ruido que provoca inquietud, inseguridad o miedo en algunos casos.
La ciudad del ruido es una realidad diaria, la causa principal de la contaminación acústica es la actividad humana; el transporte, la construcción, la industria, y la falta de conciencia comunitaria. Sin darnos cuenta deterioramos nuestro buen vivir, y afectamos nuestra salud y la de nuestra comunidad. Bájale dos, a la radio ó a la televisión, no toques tanta corneta, y sin necesidad de gritar, también puedes decir las cosas. Construir una sociedad nueva, pasa por cambiar esos patrones de conducta que nos deshumanizan, y atentan contra nuestra Pachamama.
Por: Heryck Rangel Hernández
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