Toc, toc, toc...un sonido común en muchas de nuestras casas: en el
fregadero, el lavamanos o el baño, una pequeña gotera, a veces creemos
que es casi insignificante, pero en ella se pierden litros y litros
de agua sin darnos cuenta. El capitalismo hace que lo veamos como algo
normal, el derroche es asunto cotidiano y por tanto solemos asumirlo
como normal. Entramos y salimos, no nos molesta el sonido, no
terminamos de comprender el perjuicio que causamos a la humanidad y a
nuestra madre tierra, no nos detenemos a pensar en el cambio que
podemos hacer si simplemente reparamos esa gotera.
El capitalismo aliena al hombre y la mujer, haciendoles creer que el
planeta tambien es de su propiedad y por tanto tienen toda la libertad
para destruirlo. Las urgencias diarias, y muchas veces las
banalidades, terminan por quitarle el tiempo para detenerse a vivir.
Lo urgente termina por arrollar a lo verdaderamente importante. Y asi
pasan los dias, las semanas, los meses, los años...y sin darnos cuenta
degradamos, contaminamos y derrochamos, poniendo en riesgo el futuro.
Hoy en Venezuela estamos construyendo la patria socialista, una gran
batalla que amerita mucha conciencia de nuestra parte, ya que es una
lucha permanente que debemos dar en todos los frentes. Una de las
grandes tareas que tenemos, es transformar las relaciones con nuestra
madre Tierra. No podemos perder mas tiempo, para ello necesitamos en
lo inmediato, tomar las acciones pertinentes y cambiar algunos
patrones de conducta en lo individual y lo colectivo. Reparar una
gotera, es una pequeña- gran acción para ayudar a preservar el agua
para la vida y para el futuro. Un paso mas para la construccion de una
sociedad de iguales, donde cada uno es corresponsable y solidario.
Heryck R. Rangel Hernández
Tucupita, 29 de enero de 2010.
fregadero, el lavamanos o el baño, una pequeña gotera, a veces creemos
que es casi insignificante, pero en ella se pierden litros y litros
de agua sin darnos cuenta. El capitalismo hace que lo veamos como algo
normal, el derroche es asunto cotidiano y por tanto solemos asumirlo
como normal. Entramos y salimos, no nos molesta el sonido, no
terminamos de comprender el perjuicio que causamos a la humanidad y a
nuestra madre tierra, no nos detenemos a pensar en el cambio que
podemos hacer si simplemente reparamos esa gotera.
El capitalismo aliena al hombre y la mujer, haciendoles creer que el
planeta tambien es de su propiedad y por tanto tienen toda la libertad
para destruirlo. Las urgencias diarias, y muchas veces las
banalidades, terminan por quitarle el tiempo para detenerse a vivir.
Lo urgente termina por arrollar a lo verdaderamente importante. Y asi
pasan los dias, las semanas, los meses, los años...y sin darnos cuenta
degradamos, contaminamos y derrochamos, poniendo en riesgo el futuro.
Hoy en Venezuela estamos construyendo la patria socialista, una gran
batalla que amerita mucha conciencia de nuestra parte, ya que es una
lucha permanente que debemos dar en todos los frentes. Una de las
grandes tareas que tenemos, es transformar las relaciones con nuestra
madre Tierra. No podemos perder mas tiempo, para ello necesitamos en
lo inmediato, tomar las acciones pertinentes y cambiar algunos
patrones de conducta en lo individual y lo colectivo. Reparar una
gotera, es una pequeña- gran acción para ayudar a preservar el agua
para la vida y para el futuro. Un paso mas para la construccion de una
sociedad de iguales, donde cada uno es corresponsable y solidario.
Heryck R. Rangel Hernández
Tucupita, 29 de enero de 2010.
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